Este manifiesto unionista ya suscitó muchos comentarios en prensa, previsiblemente elogiosos o
derogatorios según el medio y la firma del comentador. Desde el modelo integral
me parece plenamente Azul/Ámbar
(mítico-pertenencia) incluso con alguna derivación hacia rojo (dioses de poder). Lo propio de esta estructura de conciencia
es que ha evolucionado a partir de las estructuras tribales egocéntricas (vMeme
Rojo) en las que el poder se entendía
como dominación y conquista. La consolidación del vMeme Azul/Ámbar significa que se pasa del egocentrismo al
sociocentrismo. Aquí la vida tiene un sentido, una dirección, un objetivo y un
orden impuesto por un Otro todopoderoso. Ese orden impone un código de conducta
basado en principios absolutistas y rígidos acerca de “lo que está bien” y de
“lo que está mal”. El acatamiento de ese código y de esas reglas se ve
recompensado, mientras que su transgresión, por el contrario, tiene
repercusiones muy graves y duraderas. Es el fundamento de las antiguas
naciones. Jerarquías sociales rígidas y paternalistas que sólo autorizan una
forma de pensamiento. Ley y orden, postponer en el tiempo la satisfacción del
deseo, control de la impulsividad a través de la culpa, creencias literales y
fundamentalistas que proporcionan certidumbre. A menudo asume un aspecto
“religioso”, en el sentido “mítico-fundamentalista” del término, motivo por el
cual Graves y Beck se refieren a él como nivel “santo/absolutista”, aunque
también puede asumir el aspecto de un Orden o de una misión atea o secular,
como el caso que ahora tratamos.
El punto de
partida de este manifiesto es que hay un BIEN absolutamente incuestionable: la
Unidad de España Tal Como Ahora Está. A este BIEN –la Nación Española
Indisoluble- se le asocian biunívocamente todas las cualidades que en política
son deseables: libertad, igualdad, derechos
fundamentales, solidaridad, pluralismo, convivencia…
En consecuencia,
cualquier cuestionamiento o alternativa a ese orden, a ese BIEN indiscutible,
tiene que ser EL MAL sin paliativos: en este caso el “nacionalismo catalán”. De ahí que se le atribuya nada menos que: “romper la convivencia de los españoles…destruir
su condición de ciudadanos… derechos míticos... egoísmo...”. El manifiesto
incluso se adentra a desvelar otras características temibles que ni siquiera se
habían explicitado en ningún programa soberanista: “Trata de establecer fronteras interiores … se hermana con el populismo
antieuropeo…”
Ante semejante
planteamiento, la conclusión no puede ser otra que reclamar “unidad de acción frente al secesionismo”
y recordar que “ninguna infracción debe
quedar impune”. Desde la estructura de conciencia Azul/Ámbar (mítico pertenencia) con la herejía no se negocia, se la
aniquila. El MAL está fuera, y cuanto más malo
sea lo de fuera, menos necesitaré mirar mis propios aspectos problemáticos
Como ya planteé
en mi tesis, y se recoge en el texto de Ken Wilber de arriba a la izquierda, la
conciencia Azul/Ámbar “no ve” las estructuras que tiene encima
de si (Naranja, Verde, Amarillo/Esmeralda…) y tiende a reinterpretarlas como
una regresión, en este caso roja de
nivel tribal. De ahí las acusaciones de derechos
míticos, egoismo, fronteras…
Otra característica
de la estructura Azul/Ámbar es que,
con su rígida división entre el Bien y el Mal, activa mecanismos como la
proyección: el mal sólo puede estar fuera, no dentro de mí. Por tanto al Enemigo
también le atribuyo todo lo “malo” que no quiero ver en mi. A esto se le llama proyección de la sombra. Aquí se puede leer un recomendable texto, escrito desde la estructura Verde, por tanto con mucha
ironia, tan propia de la postmodernidad, en el que recoge como un espejo las
proyecciones de este manifiesto unionista y se las devuelve desde la perspectiva
soberanista.
Un último apunte.
De los firmantes del texto, al que más conozco –y admiro- es a Félix de Azúa. No he leído a nadie como
él hablar mejor de estética y de su argumentación del “acabamiento del arte”;
con la brillantez de su escritura he aprendido muchísimo de historia y de lo
que ahora está aconteciendo con la postmodernidad en las artes. Desde esa
posición postmoderna también lo considero un artista del sarcasmo en sus
artículos. Parece, sin embargo, que su privilegiada comprensión Verde de la postmodernidad, y su arte
para el distanciamiento sarcástico, sólo se extiende a ciertos ámbitos, no para
La-Intocable-Unidad-De-España. Como subrayan
los autores del Modelo Integral, no hay que ver los estadios como peldaños de
una escalera, sino que es una dinámica espiralada con avances, retrocesos, y
con diferentes líneas situadas en diferentes alturas de la evolución. La líniea
política, en lo referente a España, en los autores de este manifiesto está
anclada en Azul/Ámbar.
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